Ya puestos en harina sobre los libros electrónicos voy a hablar un poco de la protección de los mismos: el tan famoso, denostado, caro, molesto e inútil DRM
¿Qué el el DRM? Pues ni más ni menos que el acrónimo en inglés de Gestión de Derechos Digitales. Se trata de proteger los derechos de los autores para que nadie copia su obra de manera ilegal. Lo cierto es que yo estoy a favor de todo el mundo cobre por su trabajo (autores incluídos, por supuesto) pero en el caso de los libros, creo que las protecciones es un intento de ponerle puertas al campo ¿por qué razón? pues muy sencillo. Es imposible proteger una cosa como un libro, al menos, los libros normales, los que tenemos en las librerías y en las grandes superficies. Otra cosa es que quisieramos una copia pirata de un libro como el Beato de Liébana pero este no el caso.
Habitualmente la forma de proteger el libro es mediante un fichero codificado o protegido de alguna manera especial. Esto puede probarse de manera gratuita en la librería de ebook de El Corte Inglés, dónde tenemos un apartado de libros gratuítos. Me he puesto a bajarme alguno con intención de llevarmelo a mi lector, pero resulta que aunque fuera de pago, no me lo podría llevar a mi lector, sino que tendría que leerlo con un programa especial de Adobe, en el ordenador. Y esto nos lleva a uno de los graves inconvenientes del DRM: molesta más a los usuarios legales que a los ilegales. Tengo que dar mil vueltas para poder llevarme una obra por la que he pagado, no puedo hacer anotaciones ni coger párrafos del texto. Curiosamente, con la versión pirata, puedo hacer eso y más (la puedo cambiar de formato, llevarla a varios dispositivos, etc) No es la industria del libro la única capaz de fastidiar al usuario legal en detrimento del ilegal. En mi colección original de DVD's Star Wars tengo que esperar varios minutos para poder empezar a ver la película. Si quiero cambiar el idioma en medio de una escena he de pasar por el menú y encima, en muchos DVD originales tengo que tragarme un anuncio infumable que me acusa de ladrón y que no puedo pasar. Con las versión bajada de internet nada de eso pasa. A ver cuando las empresas son conscientes de que sus protecciones sólo molestan a los usuarios legales.
El libro electrónico tiene otro inconveniente para las protecciones. Y este pequeño problema es que son absolutamente inservibles. Los libros convencionales pueden ser escaneados y luego, leidos con un OCR (salvo que hagan esas cosas tan feas como poner papel marrón y tinta negra, pero claro, eso tampoco es cómodo para leer) Con un libro electrónico se puede hacer exactamente igual, con la ventaja de la letra se puede ajustar para que el OCR la lea mejor. Y doy fe que los OCR actuales leen muy rápido y muy bien (hace tiempo pasamos a formato electrónico un libro escaneado en papel en baja calidad y el porcentaje de acierto fue muy alto. El libro se puede encontrar aqui y es legal ya que tenemos la autorización de la familia del autor para publicarlo en español)
Reconozco que no quedaría serio que los libros electrónicos vinieran con un formato que cualquiera pudiera copiar pero, señores de las editoriales, no se maten en proteger los libros ni gasten mucho dinero en ello. Aparte de fastidiar al usuario legal, no merece la pena el gasto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Armaduras.
He de reconocer que últimamente no me estiro demasiado en el tema bloguero este. Tampoco voy a molestarme en hacer propósito de enmienda so...
-
Anteriormente ya publiqué en este blog que actualizo de pascuas a ramos que tenía ganas de tener un lector de ebooks .Pues bien, resulta qu...
-
Veo en la prensa que el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva ha decidido en consenso con sus santas narices declarar a Valladolid c...
No hay comentarios:
Publicar un comentario