domingo, 30 de agosto de 2015

Algunos detalles sobre Waterloo (III)

Caballería

Pues continuamos el rollo patatero que iba a ser un artículo obre temas "periféricos" de Waterloo y ahora vamos de dedicarnos a los más chulos, los más guapos, los más apuestos, los más .... cuentistas de todos. La caballería.

Hay que reconocer que en las películas quedan muy bien las famosas cargas de caballería, pinta mejor John Wayne subido a un caballo que a un  carro (aunque se le puede ver en ambos) que quedan muy bien en los desfiles y llevan los uniformes más horteras vistosos su desempeño es menos espectacular que lo que muestran las películas aunque tenía su utilidad y bien empleadas como complemento de artillería e infantería resultaban letales. Por lo general, ningún ejército que fuera formado principalmente por caballería ha dominado mucho tiempo salvo los mongoles de Gengis Khan y sus descendientes, pero estos señores, aparte de sus caballos disponías de unos arcos capaces de matar a una persona a 150 metros, lo que les ponía fuera del alcance de las armas de sus enemigos. Algo similar pasó en la Edad Media con los arqueros ingleses que se pasaron por la piedra a los caballeros franceses en varias ocasiones (Agincourt, Crécy) con lo que moraleja: el que golpea desde más lejos tiene ventaja, vaya a pie, a caballo o en burro.
¿Vamos a comparar el gallardo jinete con el orco con la pica?
Claro que en la vida real igual no ganan los del penco.


Coraceros británicos, la coraza es
posterior a Waterloo. Fuente: propia
Básicamente un soldado de caballería era un animal o bruto que va montado sobre un caballo. Digo era porque desde hace años las caballería lleva vehículos acorazados o helicópteros. Ya el IGM se vió que estaba obsoleta y en la SGM salvo algunas unidades de cosacos que se movían a caballo por el frente ruso creo que poca caballería hubo. Aunque miento, el regimiento de caballería italiano Saboya si intervino como tal en el frente ruso con éxito, según los italianos claro. Que no la caballería como arma montada desapareciera no quiere decir que en la SGM no hubiera caballos. De hecho había cientos de miles de ellos. Todos los ejércitos, con la excepción de los USA y en la guerra del desierto se movieron por la fuerza de estos animales que tiraban de cañones, carros de suministro, ambulancias, .... y en más de una ocasión salvaron del hambre unidades aisladas o cercadas.

Bueno, que se me va la olla, volvemos a la época de Napoleón. Todos los ejércitos disponían de unidades de caballería, agrupadas en escuadrones, que era el equivalente al batallón en la infantería, pero con muchos menos efectivos. Si un batallón disponía de unas 10 compañías de 80 hombres (aunque luego el número de efectivos dependía de la batalla anterior) un escuadrón de caballería podría tener unos 200 hombres (y caballos) ¿por qué tan pocos? Pues fácil: es más caro entrenar a un soldado de caballería y a un caballo que a un soldado de infantería (seguramente lo caro era el caballo) Tampoco tienes un número indefinido de caballos, tienes que acostumbrarlos a ir en formación, a no asustarse de los disparos, ni de los gritos, etc. Aparte de esto, el bicho es en sí un arma. En medio del enemigo se puede dedicar a lanzar coces y mordiscos que a ver quien es el guapo que se acerca a desmontar al jinete de un bayonetazo en todo el morro, y para eso, no vale cualquier penco de los que tiran de los carros.

La coraza protege ... hasta cierto punto.
Fuente: wikipedia.
Mientras que en infantería las equipaciones eran muy similares, en caballería no lo eran tanto. Mientras que la caballería británica iba armada con sables y espadas rectas, sin protección, la francesa disponía de coraceros y de lanceros. Al parecer los lanceros impresionaron a los ingleses y a partir de ahí formaron unidades de lanceros. Lo mismo pasó con los coraceros. Aunque hoy en días las corazas nos parezcan relativamente obsoletas (digo relativamente porque los soldados cada día están más equipados con chalecos antibalas, cascos de kevlar y otras protecciones) entre lanzarse a pecho descubierto y tener algo que te proteja de bayonetas e incluso disparos a según que distancia debe haber mucha diferencia. De las balas de cañón no te protegía, como puede verse en la foto. Aparte de las armas blancas disponían de pistolas y carabinas. Los mosquetes eran demasiado grandes para ser utilizados en el caballo. El problema de las armas de fuego es que eran muy complicadas de recargar a caballo. De hecho, incluso con fusiles de repetición y cartucho metálico es complicado en medio de una batalla. Cada arma tenía sus ventajas e inconvenientes. Por ejemplo la lanza podía "pinchar" al contrario desde más distancia, pero si el amigo esquivaba la punta te tenía a merced de su espada. El sable era manejable, pero tenía menos alcance y también alcanzar al adversario al galope tampoco era labor para alguien sin entrenamiento.

La misión tradicional de la caballería era diversa:
  • Exploración. Son más rápidos que los infantes y pueden recorrer más distancia.
  • Flanqueo. Si los puedes enviar a rodear al enemigo y sorprenderlos por detrás tienes la batalla ganada. Lo malo es que en este caso Wellington se situó en una posición en donde no podía ser flanqueado.
  • Persecución. La gracia de que el enemigo se retire es que le puedes hostigar y evitar que se reagrupe para que te plante cara nuevo. Una unidad rápida a caballo escabechando a unos infantes que huyen es muy útil. Si Ney hubiera perseguido a los prusianos en su primera retirada a lo mejor hubiera cambiado el curso de la batalla.
  • Refuerzo rápido. Si tienes problemas llegan antes que los que van a pie.
  • Golpes rápidos. Una unidad de caballería puede llegar, hostigar al enemigo y salir por patas con mucha más facilidad que cualquier otra de la época.
Claro que tienen sus limitaciones. Por ejemplo, para poder desplegarse necesitan un terreno llano y despejado. No van a poder cargar en medio de matorrales o en bosques espesos. De hecho, los matorrales fueron capaces de detener incluso a los carros Sherman de USA en Villers-Bocage, al final tuvieron que montar una especie de "peine" gigantesco de acero por delante de los carros para arrancar los setos.

Hay otra limitación que por lo general ocurría con la caballería: solía ser un arma de un solo uso. Wellington despreciaba a su caballería por su falta de disciplina. Decía que un escuadrón se podía batir con dos franceses sin problemas, pero si tuviera que combatir con cuatro brigadas contra un número igual de enemigos, prefería la disciplina de los galos. Y es que cuando lanzas tu caballería, está tiende a dispersarse y y muy complicado volver a juntarla (eso cuando no se dedicaban a saquear en busca de botín) Tampoco hay que olvidar el estado del terreno. En Waterloo las lluvias del 17 de junio dejaron el terreno echo un auténtico barrizal lo que dificultaba los movimiento de la caballería, aunque hay que decir que dificultaba los de todos e incluso el empleo eficaz de la artillería.

No obstante, bien empleada era suficientemente eficaz. En Waterloo la caballería inglesa desmanteló el avance del centro francés al mando de  d'Erlon pagando a su vez un gran peaje ante la caballería francesa, pero si la caballería no va a apoyada por infantería puede ser derrotada por los cuadros de infantería como ocurrió con el ataque de caballería lanzado por Ney contra el centro inglés. Los cuadros británicos tampoco salieron de rositas dado que no podían maniobrar por culpa de la caballería y sobre ellos se cebó la artillería francesa.
Supongo que esta sería la vista que tendría uno de los coraceros franceses ante
un cuadro inglés. No le envidio nada. Fuente: yo mismo y el GIMP

En Waterloo la cabllería tuvo su parte de éxito y su parte de fracaso. Derrotó a quien se puso enfrente pero no pudo con los cuadros de la infantería. Hay que decir que estos tienen una ligera ventaja si son capaces de aguantar a pie firme:
  • Los caballos no saltan los cuadros, los ven demasiado altos.
  • El infante tiene un blanco mucho más grande: le da lo mismo alcanzar al caballo que al jinete.
  • El frente de mosquetes que presenta un cuadro tiene mucha más potencia de fuego que la caballería. Un cuadro puede enfrentar unos 60 mosquetes en un lateral, mientras que la caballería debe poder mostrar un frente de unas 20 armas, y no hay que olvidar que el infante puede recargar y el jinete no.
Para finalizar una anécdota relacionada con un caballo: Copenhague, el caballo de Wellington. Al acabar la batalla el duque estaba tan satisfecho que al bajarse del caballo le dió una palmada en las ancas a la que el caballo (que debía estar de cañonazos y de recorrer el campo de batalla hasta los mismísimos ollares) soltó una coz con las dos patas traseras que si llega a coger a Wellington lo deja entre las listas de bajas de la jornada.

Continuará ...

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