Los primeros experimentos con la reflexión de ondas en EEUU vienen de tan atrás como los años 20, dónde se detectaron reflejos de onda con unos barcos en el Potomac. En 1934 se detectó por primera vez en USA un avión y en 1936 era posible detectarlo a 25 millas de distancia y en al año siguiente se monta el primer radar en el USS Leary, un destructor clase Wickes.
El US ARMY investigaba por su cuenta y el resultado fue el radar SCR-270, un impresionante sistema móvil con una longitud de onda 1,83 metros de longitud de onda y unos 200 kms de alcance.
Radar SCR-270. Fuente: Wikipedia
Los primeros SCR-270 fueron desplegados en Hawaii. Uno de ellos se hizo tristemente célebre al confundir a los aviones japonenses con una formación de aviones B-17 provenientes de EEUU.
Aunque hasta ese momento, la evolución del radar en USA no fue mucho mejor que en el resto de los países, el avance a partir de entonces fue espectacular. Supongo que el hecho de que no te estén bombardeando la industria debe ayudar mucho. Bueno, eso, y la colaboración con los británicos en la Misión Tizard en 1940.
Los británicos proporcionaron a los estadounidenses en magnetrón, un sistema que permite generar ondas con una longitud de pocos centímetros y con una potencia del orden de KW. Supongo que el lector se habrá dado cuenta que uno de los pocos datos que suelo dar sobre los radares, aparte de su alcance, es su longitud de onda. La importancia de este parámetro que cuanto menor es la longitud de onda, mayor es la precisión del radar y mayor es su capacidad de detectar objetos más pequeños. A cambio, el alcance es menor (o más bien, la atenuación es mayor)
¿Para qué puede servir una mayor precisión en el radar? Pues para detectar cosas como los piques levantados en el agua por los proyectiles de artillería, permitiendo a los cañones corregir el fuego. Con un sistema de radar similar el Duke of York consiguió hundir al Schanhorst sin que los alemanes pudieran responder al fuego dado que su propio radar de tiro fue alcanzado previamente. Otra aplicación es detectar pequeños objetos en la inmensidad del océano: las torretas de los submarinos o incluso, hasta sus periscopios cuando estaban en inmersión. El radar montado en los aviones estilo B-24 fue básico en el destrucción de la amenaza submarina alemana en el Atlántico.
Otro elemento High-Tech de los USA fueron las espoletas de proximidad para los cañones antiaéreos. Dentro del propio proyectil, un radar en miniatura compuesto por un emisor y una antena hacía explotar el proyectil al estar cerca de un blanco en el aire.
También se desarrolló una variante aerotransportada para un caza nocturno: el P-61 Black Widow con un radar evolucionado a partir del SCR-268
Radar de un P-61. Fuente: Wikipedia
Como culmen de la tecnología de tiro guiada por radar, no podemos dejar de mencionar a los acorazados clase Iowa equipados no solo con radares de tiro, sino con calculadores de tiro capaces de disparar con el barco en medio de un giro (los existentes hasta el momento eran incapaces de hacerlo)
Para finalizar y como dato anecdótico hay que decir que los modernos hornos microondas derivan directamente de los radares. Concretamente, un técnico de Raytheon observó como el radar había derretido una chocolatina en su bolsillo y se le ocurrió que las microondas podían servir para calentar los alimentos.
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