Tras ver que los soviéticos disponían de radar, cosa que no pertenecía en exclusiva a los ingleses, vamos a ver el caso alemán.
Curiosamente y a pesar de lo que se piensa, los ingleses no fueron los primeros en utilizar el radar en la SGM. Paradójicamente, en diciembre de 1939, una incursión británica sobre las instalaciones de la Kriegsmarine en Wilhelmshaven fue detectada por un radar Freya a más de 100 kms de su destino. Esto permitió que los cazas de la Lufwaffe destruyeran 13 de los 22 bombarderos que formaban parte del raid. Curiosamente, los alemanes reclamaron el derribo de 34 aviones (de 22) Harto más curioso es todavía que dos de los aviones regresaron antes por averías en los motores con lo que solo llegaron al combate 20, pero otro día hablaremos de la imaginativa forma de contar derribos de los alemanes, ahora vamos a ver la evolución de los radares alemanes.
Cómo anteriormente dijimos, el primer dispositivo de detección data de 1904. Es un invento de un alemán que servía para detectar barcos en navegación, con el fin de evitar colisiones. No era demasiado operativo y tenía un alcance muy corto, menos de dos kms, pero sentó la base de que con eso se podía hacer algo. Ya en 1934 se empezaron a conseguir cosas un poco decentes, se detectaban barcos a unos 8 kms con lo que la Keigsmarine se dijo: Leñe, esto va a ser útil para apuntar cañones y abrió una línea de investigación en ese área (desgraciadamente, los grandes inventos de la humanidad casi siempre surgen con la idea de perjudicar al prójimo) En esa misma época y por casualidad, un avión se cruzó en las pruebas produciendo un eco, con lo que se probó la viabilidad del invento para la detección de aviones. En 1936 ya se disponían de radares capaces de detectar un avión a una veintena de kms: era el Freya, que operaba en una longitud de onda de 1,8 metros.
Radar Freya. Fuente: Wikipedia
Radar Wüzburg. Fuente: Wikipedia
Mientras tanto, la Kriegsmarine hacía sus desarrollos de manera independiente (y esto es más común de lo que podría pensarse) ya que no buscaba radares de búsqueda, sino orientados a medición de distancias, una especie de telémetro radar. No obstante, para poder medir las distancias con precisión se precisa una longitud de onda demasiado corta para la tecnología de aquel entonces (estamos hablando de finales de los años 30) La marina pensaba que un radar activo podía delatar la posición de sus barcos (y no anda muy desencaminada, las flotas actuales procuran mantener el silencio de sus emisiones EM para evitar ser detectados) Por desgracia para los alemanes, esa teoría fue lo que costó la pérdida del Graf Spee. El buque alemán detectó las emisiones de los buques ingleses y pensó que había detectado. No fue consciente de que la señal tenía que volver a los buques ingleses, con la pérdida consiguiente. Fue entonces cuando rompió el silencio de radio y fue detectado por los radiogoniómetros ingleses. El modelo usados por la Kriegsmarine eran el Seetatk Dete 1 que se puede ver en la torre del director de tiro del Graf Spee.
Se dice que el hambre aguza el ingenio y los alemanes tenía un problema grave: los bombardeos nocturnos perpetrados por bombarderos británicos.Los Wellington, Lancaster y demás penetraban en el espacio aéreo alemán con relativa impunidad amparados en la oscuridad. Esto obligó a desarrollar un radar especial para los cazas nocturnos. Lo hizo la empresa Funk-Gerät que desarrolló una serie de radares que van del FuG-202 al FuG 247.
Radar Lichtenstein en el morro de un BF-110. Fuente: Wikipedia
Su principal característica son las antenas situadas en el morro del avión. Tenían el inconveniente de reducir la velocidad del avión por la resistencia que generaban, pero ayudaban a localizar a los blancos en plena oscuridad. Estos radares se montaron en aviones tan diversos como en BF-110, Me-262 (versiones nocturnas) o en Ju-88 (adaptados para la intercepción nocturna)
Creo interesante explicar cómo funcionaban estos radares: un operador desde tierra guía al interceptor hasta la cercanía del bombardero enemigo. Para tal fin, el espacio aéreo alemán estaba dividido en cuadrículas y a cada una se asignaba un caza nocturno. Una vez el enemigo es captado por el radar, el avión entra en rumbo de colisión contra el enemigo. Una vez en alcance visual (si es que lo llega a ver) o a una distancia determinada, indicada por el radar, se abre fuego contra el enemigo con las armas del caza.
Para finalizar, al capturar los ingleses varios de estos radares, se desarrollaron las primeras contramedidas electrónicas. En este caso, esa soltar unas tiras metálicas de la longitud de onda del radar para confundirlo: se trata del famoso chaff que se sigue usando hoy en día.
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